EL PODER DE OKINAWA Las Raíces Musicales de las Islas Ryûkyû Por John Potter
2. La Música
del Pueblo
Mo-ashibi: la gente se divierte
La idea de los mo-ashibi ya había existido por largo
tiempo y por siglos el gobierno periódicamente había tratado de controlarlos e incluso
de prohibirlos. Mo-ashibi (derivado del verbo japonés asobu -jugar) eran jolgorios
llevados a cabo al aire libre por la gente común de las islas. Estas fiestas se celebraban
hacia el final del día luego de que terminara el arduo día de trabajo. Estas involucraban
gran cantidad de bebida, danzas y canto y podían durar toda la noche e incluso hasta
el día siguiente. Paulatinamente la interpretación del sanshin llegó a convertirse
en una parte de mo-ashibi luego de su introducción después de la desintegración del
Reino de Ryûkyû y que las canciones elaboradas por la gente común empezaran a ser
interpretadas.
Los jolgorios mo-ashibi eran especialmente populares entre los hombres
y mujeres jóvenes solteros de las aldeas y fue importante para ellos como una forma
de encontrar pareja. El músico y productor moderno Sadao China, quien creció en Okinawa
y que proviene de una familia muy conocida de músicos, dice que a pesar de la imagen
un tanto romántica que conserva en la actualidad, mo-ashibi tenía poco que ver con
la creación de relaciones en la aldea y más para rivalidades sexuales que podían
terminar incluso en pelea. Su objetivo último era para que los jóvenes ligaran con
las chicas. Más que un encuentro comunitario, había grupos al azar y los hombres
tratarían de unirse a grupos de mujeres y llamar la atención de ellas. A veces estas
mujeres ya habían acordado con los hombres así que el galanteo de los hombres debía
ser tan secreto como el mo-ashibi lo permitiera. Algunos hombres, tratando de lucir
y tener la voz de una chica, cubrían sus rostros con pañuelos para ocultar su identidad
cuando intentaban acercase a alguna chica joven, aunque alguien que tocara muy bien
el sanshin podría ser reconocido fácilmente. En este sentido, los mo-ashibi no eran
para nada “artísticos” y tenían más que ver con lo que ocurre el sábado en la noche
en las discotecas locales.
En cuanto a la música que se interpretaba en los mo-ashibi,
eran las canciones las que eran la parte central más que la interpretación del sanshin
o las habilidades musicales. Sin embargo, los hombres jóvenes podían hacerse a una
reputación con sus proezas en el sanshin en los mo-ashibi ya llegado el siglo XX.
Algunos músicos, tales como Rinsho Kadekaru, quien llegaría a ser el más respetado
entre todos los músicos okinawenses, tuvieron su primera experiencia de tocar en
público en los mo-ashibi, y Kadekaru empezó muy pronto a ser invitado a tocar en
otras aldeas en la zona a medida que su reputación crecía. Koza, que se convertiría
en el lugar más fértil en la isla principal para el desarrollo de esta música okinawense
en particular, fue un área particularmente importante para mo-ashibi.
Ya hacia la
época de la Segunda Guerra Mundial los mo-ashibi habían casi desaparecido. Hay historias
de esa época de familias okinawenses que alentaban a sus hijos a permanecer despiertos
toda la noche cantando, bailando y bebiendo, con el fin de cansarlos y que luego
no pasaran el examen médico evitando así que los enrolaran en el servicio militar
japonés. Esta situación no fue tolerada por las autoridades y de esta forma el período
de los mo-ashibi llegó a su fin hacia mediados del siglo XX. O así fue? En mi visita
a Ishigaki hace algunos años, juerguistas de todas las edades de la aldea Shiraho,
quienes hacían danzas shishimai, se reagruparon en las calles vecinas una vez el
festival había terminado y siguieron bebiendo, danzando, cantando y tocando el sanshin
durante toda la noche. No sería correcto concluir que ese fue un mo-ashibi moderno
pero aún así algo del espíritu antiguo permanece - al menos en la habilidad de los
okinawenses para entretenerse y encontrar regocijo en las mismas formas antiguas
que las islas principales del Japón ha olvidado.
El término mo-ashibi todavía es bien
conocido en la contemporánea Okinawa, especialmente entre círculos musicales, aun
cuando ya no se emplea el nombre en los eventos actuales. En la década de 1990, la
canción “Ashibi” de Sadao China inspirada en los mo-ashibi, se convirtió en el título
de una grabación de un álbum del grupo femenino okinawense Nenes. Y en 2003, el dúo
Ryûkyû Underground de Jon Taylor y Keith Gordon creó su propio “Mo Ashibi” que también
fue el título de una de las grabaciones de su segundo álbum.
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