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ZEAMI (1363-1443)



Sobre el Arte del Teatro Noh - Los Principales Tratados de Zeami

de la versión en inglés de J. Thomas Rimer y Yamazaki Masakazu


Los tres elementos de la composición de una obra (Sandō / Nōsakusho)


Composición relativa a los tres tipos de funciones y otras cuestiones

6. “Abrir los oídos y los ojos”. Se puede hablar de "abrir los oídos y los ojos" [del público]. Durante una obra de Noh, estos momentos [de mayor conciencia por parte del público] se producen en las secciones ha y kyū.


"Abrir los oídos" se refiere a ese momento en el que dos sonidos crean una sola sensación. La obra debe estar compuesta de tal manera que revele el significado del material de origen elegido, para que, justo en el momento en que el público se conmueva por lo que escucha y llegue a comprender, tanto la música como las palabras que manifiestan la expresión literaria de esta verdad se armonicen entre sí, de modo que tanto la comprensión como la sensación se unifiquen produciendo un momento en el que todo el público se conmueva y se llene de alabanzas. "Abrir los oídos" se refiere a esa mezcla de comprensión verbal y sensación musical en una sola fuente auditiva de apreciación.


Por otro lado, lo que se llama "abrir los ojos" se refiere al momento de una obra de Noh en el que las profundas sensaciones inherentes a la obra se experimentan de repente en un momento de profundo intercambio [entre el actor y el público]. Al "abrir los ojos" los espectadores reciben esta extraordinaria impresión a través de las cualidades estéticas relacionadas con la danza y el movimiento. Este momento surge de la manifestación del poder artístico y espiritual del actor. Puede parecer que ese momento no tiene relación con el drama tal y como está compuesto, pero en realidad esta impresión visual de gran destreza no podría producirse si el momento real de su realización no hubiera sido previsto en la propia obra. Quien compone el texto debe considerar con sumo cuidado dónde colocar el momento en que los movimientos visuales del actor pueden crear este efecto. Este momento, tan crucial en la obra, se asemeja al momento en que se le colocan los ojos a una nueva estatua de Buda; por ello, este momento se denomina "abrir los ojos".


"Abrir los oídos" está, pues, relacionado con la escritura de la obra, "abrir los ojos" con la habilidad del actor. Si una persona verdaderamente dotada posee ambas habilidades, la de escribir y la de actuar, estará más allá de toda crítica.


Tanto "abrir los oídos" como "abrir los ojos" se unen para producir el más alto nivel de belleza; por lo tanto, hay que estudiar cuidadosamente los medios para lograr ambas cosas. Existe una enseñanza oral independiente sobre este asunto.

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