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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

La Música Japonesa durante Asuka (593-710) y Nara (710-794)


Para comprender las influencias culturales y musicales de la Ruta de la Seda en Japón, es necesario centrar la atención en dos importantes períodos, Asuka (552-710) y Nara (710-793). La esencia del impacto musical del continente en el archipiélago se puede establecer a través del estudio de dos aspectos principales: los estilos musicales importados del continente, incluyendo la música cortesana Gagaku, y la colección de instrumentos musicales del Tesoro Shôsôin del monasterio Tôdaiji.

Es difícil determinar el origen de muchos estilos de música y el tipo de influencias que llegaron al archipiélago antes del período Nara. Esto se debe principalmente a la falta de documentación al respecto como consecuencia de la ausencia de escritura en el Japón. Sin embargo, en los primeros siglos de esta era es posible encontrar escritos relacionados con Japón en documentos de los Han chinos. Allí se mencionan cerca de cien reinos que existían en el archipiélago de los cuales unos 30 tenían algún tipo de relación directa con el continente y algunos ubicados en la región occidental que eran gobernados por mujeres.

Hacia el siglo III existen tres grandes fuerzas: los reinos de Yamato, Kyûshû e Izumo, siendo el primero de ellos el más poderoso. Hacia la misma época se conoce de relaciones e incluso de intentos de penetración de los japoneses en territorio continental, y de alianzas con el imperio coreano de Paekche para controlar a su vecino, el imperio Silla.

Hacia el siglo VI se sabe de la conformación de los grupos de inmigrantes en Japón, principalmente por el hecho de haber sido obligados a registrarse. Se cuenta con registros de 7053 hombres chinos, además de coreanos, indios e inmigrantes del sudeste asiático.

Posiblemente, como también ocurrió durante la modernización del Japón a finales del siglo XIX, la introducción de la cultura continental en el período de antigüedad tardía ocurrió motivada por la percepción de China como el ideal de desarrollo, y no tanto por interés estético, o como el caso de la introducción del Budismo, por interés religioso. Estudiando un poco las rutas de las religiones en Asia se hace evidente que en algunos casos las conversiones se daban por conveniencia para tener un mejor acceso a un territorio foráneo, bien para fines comerciales, bien para buscar alianzas, o con la intención de penetración. Creo que podrían considerarse algunas de estas posibilidades para el caso de la adopción del Budismo en Japón.

La llegada del Budismo significó también la introducción de estilos de música religiosa. En una de las vías principales de propagación, el Budismo pasa de India a Asia Central y de allí a China (s. I), luego a Corea (s. IV) y finalmente al Japón (s. VI). A lo largo de esta ruta se encuentran vestigios de las diferentes etapas de desarrollo y de los estilos y transformaciones que sufrió el Budismo en cada región. En lugares como las cuevas de Mogao en Dunhuang, China, se pueden apreciar pinturas murales con diosas budistas interpretando diferentes instrumentos musicales, como laúdes, flautas y organillos de boca, algunos de ellos introducidos a Japón con la música cortesana, mas no con la música budista.

Hay controversia sobre la fecha de llegada del Budismo a Japón. Se dice que en el año 552 el rey de Paekche, Corea, obsequió una imagen de Sakyamuni (Shaka Butsu) al emperador Kimmei sugiriéndole introducir esta fe en Japón. A pesar de la oposición de algunos sectores, el emperador acogió esa religión en la corte.

El proceso de adaptación del Budismo, que en sus primeros años era practicado principalmente por descendientes de inmigrantes, tuvo un período de gran impulso en manos del príncipe Shotoku (574-622), quien creó algunos de los centros budistas más importantes. Fue también él el responsable de las primeras adaptaciones de ceremonias y ritos de origen extranjero. Hacia finales del siglo VI y comienzos del VII la continua migración de coreanos trajo a Japón personas que darían un mayor impulso al Budismo, entre quienes se contaban monjes, escultores y pintores especializados en arte religioso. Esta es la época de la construcción de algunos de los templos más importantes, como el Hôryuji (608) en la ciudad de Nara.

Bajo el gobierno del emperador Kôtoku (597-654), el prelado de más alto rango en el Shintoísmo, Nakatomi no Kamatari, buscó reformar las políticas con el propósito de reducir el poder de los diferentes estados y así crear un gobierno centralizado. Esto fue posible gracias a la ayuda de dos estudiosos recién llegados de la China Tang, Tamakuro no Ayahito Kuromaro, de ascendencia china y el monje Bin. Estas reformas, conocidas como Taika (645-650) generaron un gran cambio en el desarrollo cultural y musical.

Se sabe que existían por esa época los Be que eran agrupaciones o especie de asociaciones de profesionales de diferentes áreas incluida la música. Dichas asociaciones tenían una relación muy estrecha con los jefes de clanes de las diferentes regiones. Era común que los jefes de los clanes dieran su apellido a los diferentes Be, lo que les aseguraba privilegios y protección. Sin embargo, la Reforma Taika buscó, entre otras cosas, romper este tipo de lazos imponiendo restricciones y designando a los Be como súbditos de la casa imperial y eliminando a los que no estaban bajo su protección.

Hacia esta época aparece la forma de clasificación de la música en Derecha e Izquierda, clasificación que también fue aplicada en la designación de diferentes rangos en la corte como parte de las reformas. La música de la Derecha estaba a cargo de los funcionarios de la Derecha y la de la Izquierda a cargo de los de la Izquierda. Esta clasificación, aunque tiene un paralelo con conceptos antiguos de carácter mágico, hace referencia al origen del repertorio de la música y la danza de la corte. Sahô o repertorio de la Izquierda, está compuesto por piezas provenientes de China e India, mientras que Uhô o repertorio de Derecha está integrado por piezas provenientes en su mayoría de Corea y algunas de Manchuria. Antiguamente en Japón se consideraba que la 'izquierda' era superior a la 'derecha' y parece que esta idea fue el origen de tal clasificación. En el repertorio de la música cortesana Gagaku también existen piezas compuestas en Japón que igualmente fueron clasificadas en 'izquierda' y 'derecha' de acuerdo a su estilo.

Durante aquella época la cultura china estaba en un período de florecimiento y tuvo una mayor influencia sobre Japón. El siglo VII ve el aumento acelerado de la incorporación de elementos chinos, además de una importante presencia de elementos coreanos. Debido a la derrota de los imperios coreanos de Koguryo y Paekche ante los Silla (663-90), muchos de los intelectuales, incluyendo músicos, artesanos, y gente de la nobleza de los territorios derrotados, se establecen en Japón y pasan a jugar un papel importante en el desarrollo cultural del país. Existen registros de finales del siglo VII sobre los orígenes de la nobleza japonesa que demuestran que cerca de la tercera parte tiene ancestros ya sea chinos o coreanos.

A pesar de la mayor importancia dada a la llamada música de Izquierda, es decir, al repertorio de origen chino e indio, se pueden ver dos direcciones aparentemente opuestas en la Reforma Taika: por un lado, la búsqueda de igualdad o superioridad por parte de la corte frente a sus contrapartes china y coreana hace que algunos emperadores vuelquen su interés hacia las creencias nativas, el Sintoísmo, y revivan algunos de sus ritos que por supuesto incluían tipos de danza y música. En el lado opuesto continúa el interés por la importación de elementos continentales considerados por muchos como los ideales del desarrollo. Estas dos direcciones crean por supuesto una gran actividad y por tanto un acelerado desarrollo.

Dentro del proceso de asimilación de la música continental se contrataron maestros tanto chinos como coreanos para la conformación de conjuntos musicales que sirvieran a diferentes propósitos en la corte. Con la llegada del Budismo y de grupos de inmigrantes entraron al Japón diferentes estilos de música campesina, incluyendo estilos religiosos netamente rurales. Estos fueron en ocasiones acogidos por la corte para ser utilizados en eventos religiosos como festivales o fechas especiales para las grandes masas. Al mismo tiempo se fue conformando un repertorio de piezas especiales para personajes de alto rango, tanto extranjeros como japoneses. Bajo el gobierno del emperador Temmu las artes escénicas rurales recibieron la atención del gobierno al ordenarse que se escogiera entre los campesinos a aquellos con destreza en música, danza, acrobacia, etc, para ser enviados como tributo a la corte.

Algo que es importante considerar en lo que respecta a la formación o establecimiento de la música cortesana Gagaku, es que, aunque su nombre es la pronunciación japonesa del termino chino Yayue, su repertorio y función difiere enormemente de su contraparte china. Yayue en China tenía una función de formación basada en los principios confucionistas, mientras que los japoneses se basaron en el repertorio de la llamada música de banquetes, básicamente estilos de música de entretenimiento cortesano.

Entre los estilos musicales japoneses existentes en la época se encuentra la música para danza Gigaku, música de estilo cortesano Togaku proveniente de la corte Tang de China, Tosangaku o estilos populares también de China, Komagaku o música de Corea y Rinyugaku, estilo traído posiblemente por sacerdotes brahmanes del sudeste de Asia.

Se sabe de un músico de nombre Mimais llegado de Paekche, Corea, y quien fuera no solo diestro en música y danza de esa región de la península coreana, sino también en estilos provenientes de la China Tang y de la región de Indochina. Se dice que fue el responsable de la introducción de algunos estilos tanto cortesanos como rurales, y aunque estos no han sobrevivido parecen haber jugado un papel muy importante en Japón hasta bien entrado el período Heian (794-1185). Entre sus importaciones está Gigaku, un tipo de danza de máscaras de tipo procesional, que requería de la utilización de 23 tipos diferentes de máscaras. Entre los objetos del Tesoro Shôsôin y el Templo Hōryū-ji se encuentran excelentes máscaras de la época -más de 230-, que para el propósito de esta investigación son un claro ejemplo de las influencias que Japón estaba recibiendo en el momento. Tanto por las máscaras como por los registros sobre los tipos de danzas Gigaku de la época, se sabe que parte ya sea del repertorio, ya sea del tipo de instrumentación, o de los personajes e historias, tenían diferente procedencia como lo es, por ejemplo, la danza Kunlun cuyo personaje es un demonio del reino de Champa en el sudeste asiático. Está también una danza cómica y su respectiva máscara que representan a un persa embriagado, además de la danza Baramon cuya máscara principal representa a un brahmán de procedencia india, o también Garuda (Karura), representando a un pájaro gigante mítico de India. Todo esto demuestra que lo que Japón estaba importando del continente, especialmente de China, era la suma de influencias que corrían a lo largo de las llamadas Rutas de la Seda (nombre acuñado por el historiador alemán Ferdinand von Richthofen en el s. XIX). Una clara demostración de esto se encuentra en la enorme colección de objetos del Tesoro Shôsôin en el Monasterio Tôdaiji en Nara (sobreviven cerca de 100.000 objetos).


El Tesoro Shôsôin

Historia

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