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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

INTERPRETACIÓN CONTEMPORÁNEA DE ESTILOS TRADICIONALES DE MÚSICA JAPONESA
Por Kazumi Narabe (publicado originalmente en 2003 por la Fundación Japón)


3. Hogaku en la Educación Básica y otros Grandes Cambios

La educación ha pasado por cambios para estar acorde con los tiempos. En 1998 el Ministerio de Educación (actual Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología) revisó sus directrices curriculares haciendo obligatorio enseñar instrumentos musicales tradicionales japoneses en las clases de música de las escuelas secundarias (junior high schools) empezando en 2002. El ministerio también incluyó en su directrices de escuelas primarias una recomendación enfática para el uso de instrumentos tradicionales en las clases de música.

En la actualidad es obligatorio que los estudiantes universitarios que estudian para ser profesores de música, tomen cursos de canto e instrumentos tradicionales japoneses. Con este "big bang" en la educación musical -130 años después de la primera reforma- los profesores y escuelas que han estado estudiando y enseñando música clásica occidental están haciendo un intento concertado para cambiar su enfoque.

La primera en reaccionar a este cambio fue la industria de la música. Compañías líderes incluyendo a Yamaha Corporation, también estaban ansiosas por desarrollar nuevos instrumentos. Los instrumentos tradicionales son muy costosos y están hechos de materiales naturales que son difíciles de reparar. Además, estos instrumentos son construidos por empresas de estructura muy pequeña y no podrían producir la cantidad requerida por las escuelas. Los cambios en la educación desarrollaron un mercado para los instrumentos económicos, fáciles de mantener y producidos en serie, y se creó un nuevo rango de instrumentos tradicionales para suplir la demanda.

Con el fin de reducir costos, los tambores fueron hechos ensamblando piezas delgadas de madera y el cuerpo fue cubierto con plástico, en vez de tallar un tronco de árbol y colocar pieles de animales para cubrir los extremos -un proceso que cuesta varios millones de yenes. El koto fue recortado a dos terceras partes de la longitud original para una más fácil manipulación, y los fabricantes usaron contrachapado de alta densidad para el cuerpo del instrumento, en vez de usar la costosa madera de paulonia. Los métodos económicos de producción se hicieron para darle a la gente un mas fácil acceso a los instrumentos y para ganar más defensores de hogaku, incluyendo a aquellos que han querido practicarla pero que no habían podido debido a los costos. Mientras tanto el desarrollo de instrumentos se estaba dando para satisfacer el deseo de los músicos que buscaban instrumentos más sonoros. Esta tendencia se puede ver en el shamisén eléctrico "Mugen 21" desarrollado en 1990. La aparición de este instrumento permitió que el shamisén fuera tocado con tambores y sintetizadores de mayor volumen, y esto ha amplio aun más el campo de los músicos jóvenes.

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