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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

EL TEATRO JAPONÉS DURANTE EL PERÍODO TOKUGAWA

por Toshio KAWATAKE ©



5. Restricciones Sociales


Además del humanismo que es una característica muy importante del teatro del período Tokugawa, otra característica que debe tenerse en cuenta aquí es la restricción social, sino la represión, que experimentaron el Bunraku y el Kabuki durante sus años de formación.


Como ya se ha dicho estas dos grandes formas teatrales del período Edo no nacieron ni fueron cultivadas por la nobleza o por la clase samurai sino por los residentes comunes de las ciudades. Mientras que los habitantes de las ciudades tenían poder económico y de hechos eran los que dominaban, su sociedad no era para nada similar a la sociedad democrática de clase media que conocemos actualmente. Por el contrario vivían bajo el feudalismo Tokugawa sobre el cuál dominaban los shôgunes Tokugawa, como la élite samurai, y sus súbditos inmediatos. La cultural popular local, incluyendo su teatro, no tenía el poder para resistir los controles impuestos por la fuerza armada del estrato superior que reinaba sobre la sociedad.


Por tanto en Kabuki y Bunraku, incluso existiendo lo que podríamos llamar elogio humanitario de la emancipación del hombre, era imposible eludir las restricciones sociales y esto condujo a varias distorsiones en el Kabuki y el Bunraku al igual que en la creación de tipos de belleza pervertida que son exclusivos de ellos.


Por ejemplo, la existencia del onnagata -o actor (masculino) de papeles femeninos- en el Kabuki, fue uno de los productos de tal distorsión generada por los que estaban en el poder, es decir, por el régimen militar. Como un resultado de la restricción a la aparición de mujeres en escena, los actores de Kabuki crearon expresiones altamente exageradas de belleza femenina que las mismas mujeres no podían hacer, como una forma de perfeccionamiento del arte del onnagata interpretado por actores masculinos.


Otro ejemplo se puede encontrar en la estructura del mundo de la ficción histórica en las obras. En el caso de la historia de Chûshingura, por ejemplo, la historia real pertenece a los años 1701-2 en la era Genroku del período Edo. El desafortunado héroe que fue forzado a cometer suicidio fue el Señor Asano o Asano Takuminokami Naganori. El fiel seguidor que dirigió la banda de samurai vengadores era Oishi Kuranosuke y su rival era el viejo samurai Señor Kira Kozukenosuke Yoshinaka. Pero en la obra se cambia la época hasta mediados del siglo XIV y los daimyô* tienen el nombre de Enya Hangan Takasada, Oboshi Yuranosuke y Kono Moronao. Estos nombres fueron tomados de Taiheiki (Crónica de la Gran Paz), anales del siglo XIV. En otras palabras la obra fue presentada como la descripción de un evento histórico de más de doscientos años atrás. Esto fue hecho porque el shôgunato* Tokugawa -es decir, el gobierno- no permitía la dramatización o puesta en escena de eventos reales ni del mundo de los samurai ni de la sociedad de los daimyô. La razón para la prohibición era que tal dramatización podría excitar a la población en general y conducir a la agitación social o incluso a un intento de golpe de estado.


Sin embargo no sería correcto decir que Chûshingura es una obra histórica simplemente porque fue presentada como una pieza basada en eventos históricos del siglo XIV. Esta fue escrita como una pieza contemporánea del período Edo (1600-1868). Aquí está una de las características complejas del Bunraku y el Kabuki. Como se puede imaginar fácilmente, si se hubiese presentado simplemente como una obra histórica, la gente del común, quienes no tenían interés intelectual particular por la historia, no habrían estado tan interesados en la obra. Incluso si decimos que fue superficialmente hecha para que pareciera como una historia del pasado remoto con el fin de evitar las restricciones, los sentimientos humanos que surgen en la obra y las costumbres vistas en las escenas principales eran crudas realidades del período Edo. Por ejemplo, cuando la cortina abre los daimyô en el escenario deberían estar en un traje del siglo XIV y comportarse con los hábitos del pasado, pero en la pelea entre los dos daimyô -Hangan y Moronao- en el palacio y también en la escena donde Hangan comete suicidio, tanto las ropas como la forma de hablar son sencillamente del período Edo. Más aún, las escenas en el barrio de entretenimiento en Kyoto y la granja en las montañas son del período Edo. La obra por tanto describe el tiempo. Es una pieza contemporánea.


Así, si uno mira a Chûshingura bajo el punto de vista racional de los tiempos modernos, no hay consistencia histórica ya que aparecen mezclados diferentes períodos y costumbres en una sola obra. Por consiguiente los intelectuales desde el período Meiji (1868-1912) han criticado este punto e incluso han existido individuos que han subestimado al Bunraku y al Kabuki como estilos ruidosos y sin sentido y han negado su importancia como medios educativos por el hecho que distorsionan los eventos históricos.


Estas contradicciones fueron el resultado inevitable de las condiciones socio-políticas especiales que prevalecían. Los escritores de Bunraku y Kabuki, más que simplemente aceptar dichas condiciones, se aprovecharon de ellas para crear un mundo con la apariencia de ficción. Dentro del mundo que fabricaron sobre el escenario representaron en forma realista lo cómico y lo trágico en las vidas de las masas de Edo - es decir, en sus propias vidas. Por tanto, incluso aunque las obras tengan que ver con eventos históricos, no son para nada históricas sino que son piezas contemporáneas que reflejan el mundo que rodeaba a los dramaturgos y al público, un mundo en el cual incluso los personajes "históricos" tienen los mismos sentimientos humanos y son prácticamente iguales a las personas ordinarias de la época.



*daimyô: terratenientes militares de mayor poder.

*shôgunato: gobierno del Shôgun -comandante militar.

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