En Progreso
BUNRAKU
CHIKAMATSU: 5 Obras Tardías
Por Andrew Gerstle
Introducción
Colaboración y madurez
Takeda Izumo y Takemoto Masatayū
La muerte en 1714 de Takemoto Gidayū, el más famoso intérprete de Jōruri de la época, fue un golpe para el mundo teatral en general y para el teatro Takemoto-za y Chikamatsu en particular. Como dramaturgo de planta, Chikamatsu se convirtió de repente en el miembro más veterano del Takemoto-za, con una mayor responsabilidad sobre su viabilidad comercial. La representación sin precedentes de diecisiete meses de Las Batallas de Coxinga a finales de 1715 marcó el comienzo de una edad de oro de la escritura para Jōruri que duró hasta el final del siglo. La obra se representó inmediatamente en los teatros Kabuki de todo el país, y ha permanecido en los repertorios de ambas tradiciones. Su éxito la convirtió en el modelo clásico de las obras jidaimono posteriores. A continuación, a Chikamatsu se le concedió un descanso por parte de Takeda Izumo y no produjo una nueva obra hasta principios de 1717, por lo que ésta habría sido la primera vez desde sus inicios que tuvo tiempo para reflexionar y relajarse. En 1716, tanto su madre como su hermano menor Okamoto Ippo murieron. También fue el año en que Tokugawa Yoshimune, que inició las amplias reformas Kyoho, se convirtió en shōgun.
Según Uchiyama Mikiko, a partir de 1714 Chikamatsu comentó cada vez más la política contemporánea en sus obras, como queda patente en las obras traducidas en este volumen. Este último periodo, desde 1717 hasta que cayó enfermo a principios de 1722, fue testigo de otra explosión de dramaturgia, que dio como resultado la producción de veintiuna obras, entre ellas muchas de sus obras maestras: en otras palabras, una prodigiosa media de cuatro dramas largos al año. Tras una pausa de año y medio, Chikamatsu terminó su última obra, El Corcel Atado y las Ocho Provincias de Kanto, en 1724, traducida aquí. Murió entonces el vigésimo segundo día del undécimo mes de ese año, que en el calendario solar es principios de 1725.
Justo antes de su muerte, Gidayū, que era famoso por su potente voz, nombró como sucesor al joven Takemoto Masatayū, de sólo veinticuatro años en ese momento y conocido por tener una voz más pequeña, por encima de Takemoto Tanomo, un narrador más veterano famoso por su hermosa voz. Masatayū llegó a ser el narrador principal del acto trágico, el 3, y Tanomo fue la estrella del acto más lírico, el 4. Masatayū enfatizaba la importancia de cantar con un profundo sentimiento las emociones de los personajes (jo o fukaku kataru) e insistía en que los cantantes pidieran al dramaturgo que les aclarara el significado de los pasajes difíciles. Era famoso por su exigente representación de la psicología de los personajes. Después de Gidayū, Chikamatsu siguió escribiendo para determinados intérpretes, pero como miembro más experimentado, ocupaba una posición de mando en la compañía.
Tres temas son evidentes en esta última década de creación. Uno de ellos es la indagación en la psicología de los personajes que cometen algún tipo de delito, desde amantes que se fugan y se suicidan, hasta el robo, el contrabando, el adulterio y el asesinato, tanto en obras de la vida contemporánea como de época. La segunda es la crítica a la corrupción de quienes ocupan posiciones de poder y autoridad. El tercero, desarrollado en las tres últimas obras traducidas aquí, es la representación de los exigentes ideales de honor y nobleza en los gobernantes. He llamado al primer tema "crimen y responsabilidad". Los terceros actos de Gemelos en el Río Sumida y Estanque de los Amantes en la Provincia de Settsu, con su enfoque en los asesinos como héroes trágicos, ejemplifican este tema. El tema general de El Estanque de los Amantes es también una condena tanto de la corrupción de los hombres poderosos como de los ministros que no los amonestan. Las dos últimas obras de época de este volumen se centran en las exigencias que se plantean a los que ocupan puestos de poder, y Suicidios de Amor en la Víspera del Festival de Kōshin retrata a un protagonista masculino fuerte atrapado en una red de deberes conflictivos.
En los últimos años de su carrera, Chikamatsu sondea desde distintos ángulos la naturaleza del honor heroico, presentando un complejo ideal de individuos y gobernantes fuertes. Aunque están ambientadas en el pasado, sus obras de época tratan invariablemente del régimen contemporáneo de Tokugawa. Su visión del gobierno era distintiva, ya que él mismo, como se ha dicho, se había criado como samurái en la ciudad castillo de Yoshie, Echizen, un feudo de la familia Tokugawa, en la que el shōgun Yoshimune (1684-1751; r. 1716-45) fue daimyō durante varios años desde 1697 (aunque no residió allí) antes de convertirse en shōgun. Además, la experiencia de Chikamatsu en la cultura de la corte de Kyoto, así como en la vida teatral y mercantil, le proporcionó una visión crítica de la cultura samurái dominante, que se hace patente en sus obras de madurez. Sus críticas reflejan su experiencia del bakufu Tokugawa durante su vida. Su primer tema, surgido de su experiencia de gobierno bajo el shōgun Tsunayoshi (r. 1680-1709), es el abuso o la arbitrariedad del poder; el segundo es la inestabilidad del gobierno, como se vio durante las cortas épocas de dos shōgunes, uno de ellos un niño, desde 1709 hasta el nombramiento de Yoshimune en 1716; y el tercero es el exceso de regulación y el intrusismo del gobierno bajo Yoshimune. Las obras de Chikamatsu siempre fueron escritas para un público popular en un teatro comercial, pero también está claro que esperaba que fueran leídas ampliamente, incluso por aquellos que se encontraban en las más altas esferas del poder, como Ogyu Sorai, citado anteriormente, que fue asesor de varios shōgunes. Hoy en día ofrecen una visión rica y compleja de una amplia gama de individuos de todos los niveles de la sociedad, su vida cotidiana, así como sus sentimientos, actitudes e ideales.
Personalidades
