En Progreso

INICIO    MÚSICA    DANZA    TEATRO    OKINAWA    AINU    PATRIMONIO    PERSONALIDADES    

Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

Kumi Odori - Repertorio

Wunna Munuguruyi (El Secuestrador)
de Chookun Tamagusuku


Esta historia es acerca de un hombre que ha estado secuestrando niños de las poblaciones de Shuri y Naha y que luego los vende en las aldeas del norte de Okinawa. Un día el secuestrador engaña a un niño pequeño. El secuestrador lo seduce con una pequeña muñeca y luego se lo lleva. A medida que oscurece, el secuestrador y el niño paran en un templo y piden poder pasar la noche allí. Cuando el secuestrador está dormido el niño huye y va a pedir ayuda del abad del templo. Bajo instrucciones del abad, los monjes del templo fabrican un tablero de anuncios y pegan allí una nota falsa que dice que el secuestrador es requerido por la ley. El secuestrador ve la noticia e intenta huir pero es pronto capturado. Mientras tanto, la madre del niño arriba a la aldea que está cerca al templo en busca de su hijo. La pérdida de su hijo la ha hecho enloquecer. Los niños de la aldea se burlan de ella y tratan de hacerla danzar. Cuando el abad del templo y los monjes la ven venir, van a averiguar por qué ha llegado hasta dicho lugar. La mujer dice que ella está buscando a su hijo perdido. El abad entonces le trae al niño y la mujer recobra la cordura. El niño y su madre expresan su agradecimiento al abad del templo y retornan a casa.


Guión

Un secuestrador entra acompañado de música.

Secuestrador:
Soy un secuestrador; yo secuestros niños de la ciudad y los vendo en las regiones del norte. Me gano una cantidad de dinero considerable. Puedo comer con lujos todos los días. Así es como me gano la vida. Hoy parece de gran augurio ya que hay poco tráfico. Hoy secuestraré a otro niño. Oh, Dios, por favor permíteme encontrar a un niño.

Coro:
(con la melodía de Surikan Bushi)
Un molinillo es gentilmente propulsado por el fluir del viento. Quiero jugar con mis amigos.

Secuestrador:
Justo como lo quería, hay un chico que viene en esta dirección. Lo atraeré con un muñeco y me lo llevaré a un lugar aislado. Hola chico!

El secuestrado acompañado de la melodía Shiiyaapuu Bushi:
Es abril, el árbol de Deigo está completamente florecido.

Hola muchacho. Ven conmigo. Te daré deliciosa comida además de este muñeco. Pero debes venir conmigo.

Niño:
Debo despedirme de mi madre. A dónde me lleva? Suélteme.

El secuestrador agarra al niño.

Secuestrador:
No tiene sentido que llores. No puedes regresar a casa. Si intentas hacerme sentir culpable, eso no funcionará. No me importa.

Niño:
Ayuda! Ayuda!

Secuestrador:
Levántate! A moverse!

Niño:
Mi padre falleció hace algún tiempo. Es terrible que tenga que abandonar a mi madre ahora.

Secuestrador:
Me estás culpando? No me importa. Párate y vamos.

El secuestrador se lleva al niño hacia el norte. El sol comienza a ocultarse.

Niño:
Me duele el pie; hemos recorrido un largo camino. Por favor, tenga compasión y déjeme descansar.

Secuestrador:
No! Es tarde. Si paramos ahora será difícil encontrar el camino de nuevo. Preguntaremos en el templo si podemos pasar la noche allí. Apresúrate muchacho!

Se oscurece demasiado para poder continuar.

Hay alguien aquí?

Se aproximan a la entrada del templo.

Monje 1:
Quién está allí?

Secuestrador:
He venido de la ciudad. Me dirijo a Yambaru con un niño pequeño. Es tarde y demasiado oscuro para continuar. Podríamos por favor quedarnos aquí esta noche?

Monje 1:
Le preguntaré al abad si es posible que pasen noche aquí.

El monje se aleja para pedirle la aprobación al abad y luego regresa.

El abad se compadece de su situación. Usted y el niño puede dormir aquí esta noche. Por favor, pasen y descansen.

Más tarde esa noche, mientras el secuestrador está dormido, el chico se escapa.

Niño:
Hay alguien allí?

Abad:
Escucho al niño que llama. Qué quieres, niño?

Niño:
Soy de uno de los clanes de Shuri. Yo estaba jugando con un amigo cuando me extravié y de pronto estaba solo. El hombre que me trajo me secuestró. Hemos viajado desde Shuri. Por favor, ayudenme!

Abad:
No te preocupes, niño. Pienso que el destino te ha traído hasta aquí. Trataré de ayudarte. Reuniré a los monjes y les pediré que diseñen un plan. Monjes! Monjes!

El abad reúne a los monjes.

Monjes 1 y 2:
Sí, Abad.

Abad:
El chico que se está quedando aquí se perdió mientras estaba jugando con un amigo. El hombre que lo trajo aquí lo secuestró. Quiero ayudarlo.

Monje 1:
Eso es terrible!

Monje 2:
Qué persona tan inescrupulosa!

Abad:
Atemos al secuestrador, así podremos controlarlo.

Monje 2:
Tengo un idea! El secuestrador dijo que era de la ciudad. Él planea llevarse al chico a las regiones del norte. Seguramente es buscado por las autoridades, así que atémoslo y le decimos que conocemos lo que ha estado haciendo. Podemos crear un anuncio falso con un dibujo que luzca como el secuestrador y el chico. Mostrémosle la señal y luego lo atamos.

Abad:
Oh! Qué gran idea! Preparense para atraparlo.

Monje 2:
Entendido, abad! Aquí tiene, como lo pidió.

Los monjes elaboran el anuncio y se lo muestran al Abad del templo.

Abad:
Oh! Eso debió haber requerido de gran esfuerzo!

Monje 1:
Hacer las cosas bien requiere dedicación.

Monje 2:
Hemos terminado.

Abad:
Ve y lo despiertas.

Monje 2:
Entendido, Abad.

Estás en problemas. No deberías dormir tan plácidamente. Levántate!

Secuestrador:
Qué es tan urgente que debes despertarme a esta hora?

Monje 2:
Mira este anuncio de la ciudad.

El monje lee el anuncio.

El anuncio dice que un niño ha sido secuestrado por un hombre. Atención! Escucha este anuncio. Se busca. Un chico de siete años que viste un kimono amarillo y un hombre grande y rudo de 25 o 26 años. El hombre tiene piel oscura, cejas oscuras, ojos pequeños, gran nariz y boca ancha. Se le ha visto llevando un sombrero y cargando una hoz en su cintura. El 20 de este mes el chico fue secuestrado por el hombre. Si alguien ve al hombre aquí descrito, debe atraparlo inmediatamente.

El secuestrado trata de ocultar su identidad y trata de huir, pero los monjes lo atrapan.

Monje 2:
No te puedes ir!

Abad:
(a los monjes) Hicieron un buen trabajo!

Monjes:
Si, Abad.

Abad:
Qué chico tan promisorio! Puedes aprender sobre la vida de un monje bajo mi guía. No te preocupes, muchacho. Tan pronto reciba noticias de tu casa te puedes ir.

Pasa el tiempo.

Solista:
(con la melodía de Kwamuchaa Bushi)
Mi único hijo estará pensando: “Mi vista es angustiosa debido a la mala fortuna. Era el fin del verano y fui abandonado por mis padres cuando todavía no tenía 10 años”.
Yo lo cuidé pero desapareció en marzo. Pensé que estaba jugando con su amigo, pero nunca regresó a casa. A medida que pasaban los días, me angustiaba más y más. Lo busqué por todas partes pero nunca lo encontré. El pensar que estuviera hambriento o que habría sido víctima de una bestia me ha llevado casi a la locura.

Chico aldeano 1:
Miren a esa mujer! Viene una loca! Vamos a verla!

Chico aldeano 2:
Vamos todos a verla.

Chico aldeano 3:
Loca! Muestrenos alguna danza.

Madre:
No me molesten. He estado sufriendo mucho.

Chico aldeano 3:
Loca, si su menta está tan agobiada, porqué no danza para liberar algo de su estrés?

Solista:
(con la melodía Sanyama Bushi)
Estoy buscando a mi hijo. No se si está vivo o muerto.

Abad:
Monjes! Viene una mujer loca. Vamos a encontrarnos con ella.

Monje 1:
Danza un poco más, un poco más!

Monje 2:
Qué te trae por aquí?

Madre:
Mi único hijo desapareció desde el 20 de marzo. Me he enloquecido buscándolo. Nadie lo ha visto. Por favor ayudeme a encontrarlo.

Abad:
Entiendo porqué está tan angustiada. Paren de molestarla y vuelvan a su trabajo!

Monje 1:
Regresemos al templo.

Abad:
Cuántos años tiene su hijo?

Madre:
Siete.

Abad:
Cuál es su nombre?

Madre:
Su nombre es Kamimachi.

Abad:
Le pregunto porque creo que puedo ayudarla. Es este el chico al que busca?

El Abad trae a Kamimachi.

Madre:
Oh! Mi hijo! Estás vivo!

Niño:
Madre!

Solista:
(con la melodía de Agarii Bushi)
Oh! Mi hijo! Estás vivo!

Madre:
Encontrar a mi hijo es un sueño hecho realidad.

Niño:
Madre, me he salvado gracias a la ayuda del abad de este templo.

Abad:
Mujer, tu hijo fue traído el 20 de marzo por un secuestrador. No lo pude abandonar y le di refugio aquí.

Madre:
Muchas gracias por su gentileza. Nunca lo olvidaré.

Abad:
El destino es misterioso, no es así? Con qué podremos comparar los eventos de hoy? Vamos todos a casa.

Coro:
(con la melodía de Tachikumu Bushi)
Con que podremos comparar esta ocasión tan jubilosa? Es como un botón esperando florecer, tocado por el rocío de la mañana.

Géneros