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Derechos Reservados
© Mauricio Martinez R..
PROYECTO GAGAKU
Universidad de Stanford

Eisā

Manteniendo la tradición


-Portadores de Eisā


Como ocurre en cierta asociación juvenil en el centro de Okinawa, tan solo alrededor de diez miembros participan normalmente de sus actividades, pero cuando se acerca la estación de eisā el número de integrantes sube a 100 o 150 jóvenes. Qué atrae a estos chicos y chicas para reunirse en esa época?


Es porque eisā es un arte escénico grupal. Aparte de ser una danza folclórica nenbutsu odori que exhibe elementos religiosos, se dice que eisā estimula actividades entre las asociaciones juveniles y promueve funciones sociales en comunidades regionales.


Eisā se interpreta el último día del Festival Bon, pero no involucra solamente la interpretación del sanshin y el canto, la interpretación de tambores y la danza. Durante una a dos semanas, a veces más de un mes previo al Festival Bon, los integrantes practican con diligencia cada noche, inconscientes de la traspiración que baja por sus cuerpos. En el memorable día, llevando puesto trajes muy creativos, cantan, tocan el laúd sanshin y los tambores, y danzan, llevando a cabo una presentación espectacular que revela su esmerado estudio y preparación. Su nutrida creatividad y sentido de la belleza brilla y le dan expresión tanto en forma como en acción.


Además, para los intérpretes en comunidades regionales el entrenarse y presentar su eisā les da una oportunidad para disciplinarse tanto física como mentalmente, creando así el camino hacia la madurez. Aunque eisā parece algo ligero, en realidad es un arte de peso que requiere muchas horas de práctica que involucra sus voces, giros y saltos.


Esta es una ocasión para que los integrantes más antiguos transmitan sus técnicas eisā a los jóvenes, y para que los viejos también le expliquen a los jóvenes los orígenes de eisā, su folclor y los significados de canciones y danzas. Es una época no solo para la transmisión de eisā, sino que también es cuando la cultura local es transmitida a la nueva generación.


En general, con los jóvenes asumiendo el papel principal, los aldeanos se reúnen durante la estación de eisā para mezclar su ingenio, intercambiar opiniones y practicar por muchas horas, luego de lo cual se demuestra el trabajo duro y la solidaridad de todo el grupo.


Los esfuerzos de los jóvenes que están concentrados en la práctica de eisā se transforman en algo tremendamente vital durante la interpretación de eisā del Festival Bon. Las pasiones juveniles parecen fluir a medida que se presentan, fascinando al público. El entusiasmo de los jóvenes para con eisā fortalece sus deseos de enfrentar el futuro y aumenta su deseo por una mayor productividad, que eventualmente se convierte en fuerzas motivantes para revitalizar las comunidades regionales.


Lo que es más, debido a la fuerte solidaridad que se ha sellado a través de eisā, no es inusual ver muchos jóvenes convertirse en parejas quienes terminan comprometiéndose en otoño. A ellos se les llama “parejas eisā”.


La conservación y transmisión de todas las artes escénicas folclóricas, incluyendo eisā, ocurren en todas las comunidades locales. En el entrenamiento y aprendizaje de estas artes, los jóvenes llevan a cabo el importante e irremplazable papel del intercambio mutuo.


Danza