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NAGAUTA, EL CORAZÓN DE LA MÚSICA DEL TEATRO KABUKI
Por William Malm


I.
Breve Historia de Nagauta (3)


Hacia comienzos del siglo XVIII el shamisén se había convertido en una parte habitual del conjunto Kabuki. Este fue el período del Kabuki Genroku durante el cual el mundo del entretenimiento disfrutó una deslumbrante popularidad sin precedentes en la historia japonesa. Uno de los factores que contribuyó al desarrollo del Kabuki en la época fue el mejoramiento de su cualidad dramática. Este se debió en parte a la influencia del gran escritor de dramas del teatro de títeres Takemoto en Osaka, Chikamatsu Monzaemon (1653-1724). Muchas de las famosas obras de Kabuki fueron adaptaciones de sus dramas de títeres mientras que otras fueron creadas basadas en su estilo.

Aunque existió un mayor énfasis en el drama en el Kabuki del siglo XVIII, la danza y también por tanto la música siguieron siendo una parte importante de las funciones. Al comienzo estas danzas eran acompañadas con canciones cortas (kouta) en el shamisén o en la música del conjunto de Noh. A medida que las producciones de Noh se hicieron más elaboradas se sintió una necesidad por tener danzas más largas y por tanto también música más larga. Así fue como se creó la música nagauta de Kabuki. Se dice que el primer uso conocido del término Edo nagauta se encuentra en un afiche de Kabuki de Edo de 1703. La lista de músicos es la siguiente: cuatro shamisén de Edo, dos cantantes de kouta de Edo, un cantante de jôruri, y tres músicos nagauta de Edo. Estos últimos tres parece haber sido cantantes. Con la aparición de esta referencia nos podemos mover con mayor seguridad y rapidez a través de lo que queda de de la historia de este tema.

Aunque nagauta se estableció firmemente en Edo hacia el siglo XVIII, este no dejaba de tener rivales. Ya antes mencionamos el desarrollo de las formas narrativas jôruri , su uso en los teatros de títeres y la influencia de las obras jôruri en el Kabuki. Esta influencia dramática fue pronto acompañada por la musical. Naturalmente los primeros reportes de tales importaciones provienen del Kabuki de la zona de Osaka y Kyoto. El término chobo que se refiere al conjunto de jôruri del Kabuki compuesto por un cantante y un intérprete de shamisén parece ya hacia 1715. Ya se mencionó que el término jôruri fue usado en un afiche de Edo en 1703 para promocionar al nagauta de Edo. Hacia mediados del siglo la existencia de escritores de Kabuki Jôruri tan notables como Namiki Shozo (1730-73) de Osaka indica que el jôruri se había convertido en una parte importante de la tradición del Kabuki.

Al comienzo pareciera como si las funciones de nagauta y de los diferentes géneros de jôruri en Kabuki fueran diferentes. El jôruri proporcionaba la música para las porciones narrativas mientras que nagauta acompañaba a las danzas o proporcionaba interludios reflexivos (meriyasu) dentro de las obras. Sin embargo existía una considerable cantidad de interpenetraciones de estilos musicales al igual que intercambios de funciones entre las dos músicas.

Como se puede observar en la Tabla 1, el jôruri se divide en una variedad de estilos. La mayoría de ellos aparecieron en el Kabuki alguna vez. En la se usan tan solo gidayû, kiyomoto, tokiwazu y ocasionalmente shinnai. Sin embargo como cada uno de los otros estilos en general han sido parte del Kabuki, este dejó una influencia en la música de nagauta. De tal forma que cuando uno estudia el repertorio de nagauta en detalle se encuentran trazos de ozatsuma, itchu, kato, geiki y otras formas musicales antiguas.

En resumen se puede decir que el siglo XVIII vio el establecimiento de nagauta como un elemento permanente en el Kabuki. Durante este período las formas básicas y clasificaciones de esta música también fueron cristalizadas. Finalmente también se puede notar en esta época el comienzo de una continua influencia de diferentes formas narrativas.

La era de la composición de los grandes clásicos nagauta de hoy se ubica aproximadamente entre las fronteras del siglo XIX. Leyendo a través de las tablas históricas de este período uno puede encontrar una galaxia de estrellas nagauta. Uno de los primeros fue Kineya Rokuzaemon IX (fallecido en 1819), quien escribió piezas de danza tan famosas como Echigojishi y Oharame. Rokuzaemon X (1800-59) es notable por obras favoritas como Shakkyo, Tsuru-kame y Aki no Irogusa. Rokuzaemon XI (1829-77) produjo las populares piezas Tsunayakata, Funa Benkei y una de las muchas composiciones de Dojoji. Rokuzaemon no fue el único nombre famoso del período. Kineya Shojiro (1828/9-1896) compuso muchas piezas famosas de danza tales como Ise Ondo, Kanjincho, Renjishi y Genroku Hanami-odori. Kineya Katsusaburo II (1820-96) fue el creador de Miyakodori, Utsubozaru y Kimi no Niwa. Además los otros clanes famosos de nagauta como los grupos de cantantes Yoshizumi y Yoshimura produjeron algunos de sus más grandes artistas en esta época.

A través de los esfuerzos de estos y de muchos otros, nagauta maduró hasta convertirse en uno de los más grandes géneros musicales de Japón. Las piezas de tipo dancístico de Kabuki desarrollaron ciertos rasgos musicales específicos al tiempo que la influencia de jôruri y del conjunto de Noh hicieron de la música algo más dramático y colorido. Fue durante este período que los patrones musicales del ya desaparecido estilo de música ozatsuma-jôruri comenzaron a jugar un papel significativo en la música nagauta.

En el siglo XIX aparecieron en nagauta dos nuevas tendencias importantes. Primero, existió un movimiento hacia la música de concierto, llamada ozashiki-nagauta. Esta música no fue compuesta para Kabuki sino para funciones separadas sin danza. En tales piezas las importancia de interludios instrumentales y la explotación concomitante del virtuosismo están más altamente desarrollados que en formas anteriores de kabuki. Los dos ejemplos clásicos de este tipo de nagauta son Azuma Hakkei (1818) y Aki no Irogusa (1845). Un aspecto interesante de la última pieza es no usa percusión en absoluto. Aunque el tema principal (el color del follaje de otoño) es propicio para música pastoral no percutida, la exclusión de los tambores puede haber sido una reacción en contra del sonido de la música para danza de Kabuki.

La segunda tendencia en la música nagauta del siglo XIX fue la extensa composición de piezas basadas en textos y música de obras de Noh. Por supuestos antes de esto muchas piezas de Kabuki fueron basadas en obras de Noh, pero hubo un arrebato de recreaciones de estos temas. Títulos tales como Kanjincho, Hashi Benkei, Oimatsu y Tsuru-kame son representativos de esta tendencia. La música folclórica también apareció como un recurso deliberado para la recreación de ambientes en la música nagauta del siglo XIX. La hermosa canción del barquero en la pieza Kibun Daijin es uno de los más encantadores ejemplos de esta técnica.

Hacia finales del siglo XIX nagauta ya había alcanzado su cenit. Todos sus formas estaban completamente desarrolladas y su posición tanto en el teatro como en los conciertos estaba asegurada. Surgieron nuevos compositores en el siglo XX que trataron de incorporar ideas occidentales a la música nagauta. Esto usualmente significó tocar el shamisén más rápidamente en estilo de cadenza de violín o aumentar el tamaño del conjunto con la desafortunada idea de que sonar más fuerte era sinónimo con tener un mejor sonido en el concepto de la música clásica occidental. De esta forma, aunque existió una gran actividad en la composición y en la publicación de artículos controversiales en el siglo XX, muy poco ha ocurrido de nuevo en realidad en nagauta desde entonces. Toonkai, un grupo de profesores y graduados de la Universidad de Bellas Artes de Tokyo tienen el mayor entusiasmo y protagonismo por una nueva nagauta. Sin embargo los talentosos compositores de nagauta de hoy tienden a producir réplicas del estilo clásico del siglo XIX con unos pocos pasajes rápidos adicionales en espera de capturar la atención del oído moderno.

Existe una innovación en nagauta en el siglo XX que debería ser mencionada. Esta es el desarrollo de sistemas de notación precisos. Gracias a estos sistemas ahora está asegurada la preservación del repertorio estándar. Tan solo podemos desear que tales sistemas penetren más profundamente en el campo de la música shamisén de tal forma que las composiciones básicas de formas menores también sean preservadas.

Se puede decir que nagauta es un circuito cerrado cuya principal corriente gira hacia los siglo XVIII y XIX. Es un producto del período Edo (1615-1867) y musicalmente representa mejor la faceta dancística del mundo teatral de Edo. A diferencia de muchas de las otras formas de shamisén de Edo, esta ha logrado mantener su posición en el mundo moderno a través del apoyo del Kabuki y de un extenso desarrollo de a vida musical aficionada y profesional. S estilo musical ha sido desarrollado a tan alto y sutil nivel que parece haber pocas posibilidades de que encuentre una nueva dirección sin destruirse en el proceso. Este es un gran problema que se extiende ante el músico profesional moderno de nagauta. Para el investigador occidental el problema es entender su pasado e investigar las contribuciones que ya ha hecho al mundo musical y cultural del Japón. Sobre las bases de esos logros solamente, debería encontrar un lugar significativo en la historia general del Japón.

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