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Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

TEATRO NOH: PRINCIPIOS Y PERSPECTIVAS

por Kunio KOMPARU ©


Traducido y publicado bajo autorización de

Floating World Editions



Parte Uno: Principios y Perspectivas


6. EL SHITE: Personajes como Símbolos


6.4. Algunos Shite Típicos, desde Deidades hasta Demonios


6.4.6. La Mujer Loca



(La tragedia del rapto)


Sumida-gawa. En la descripción de una mujer enloquecida por la pena en Noh, el proceso de su degeneración es más importante que los detalles del argumento sobre si ella es capaz de reunirse con su hijo o con su amor perdido. La mayoría de obras con este tipo de historia tienen un final feliz que deja al público con un sentido de bienestar general, una reflexión de la naturaleza religiosa del Noh, pero Sumida-gawa es diferente. No se permite un reencuentro de la madre y el hijo al final, haciendo de esta obra la más trágica entre las tragedias.


Un barquero está ocupado llevando visitantes a un rito budista que se celebra en los bancos del río Sumida cuando una mujer loca se aproxima y pide que la lleven. Él acepta cruzarla si antes ella los entretiene con su danza loca, pero cuando él percibe que su desorden es el resultado temporal de alguna carga emocional, se compadece y le permite abordar. Durante la travesía la mujer se entera de que la gente en el rito está rezando por un niño que murió allí en las riveras del río el año anterior -su hijo, Umewaka-maru. Con el impacto de esta noticia ella recupera su cordura y cae al piso llorando inconsolablemente. Luego cuando está siendo llevada a donde está la tumba ella pide que la destapen para permitirle ver a su hijo una sola vez más, y mientras se entonan sutras el espíritu del niño aparece como un fantasma. Queriendo asegurarse de que es su hijo, trata de alcanzar su mano -pero no hay nada allí, y con el amanecer la aparición se desvanece.


En el Japón medieval la tragedia de la separación de padres e hijos causada por el rapto y venta de niños era más bien común, y la pena de las víctimas de tal tipo de violencia era aparentemente típica en las tragedias de la época. En esta obra una escena del comportamiento alterado de la madre -quien canta y ejecuta una danza irregular rememorando su largo viaje a la capital, pudiéndole a las gaviotas ("pájaros de la capital") en el río si su ciudadano, su hijo, está a salvo- se ubica en el primer acto con el fin de realzar el sentido de tragedia del segundo acto, y sin duda esto llega sin compasión hasta el corazón humano. Desde el comienzo de la obra sabemos que el final será trágico, y la figura de inocencia levemente loca trasciende las edades para evocar la pena. Sin tener en cuenta la fórmula estandar de una obra sobre mujeres locas y fríamente negando el reencuentro de madre e hijo que todos desean, esta obra crea una imagen extraordinaria al desafiar el sentido moralista del bienestar que todos esperan. Entre otras obras sobre niños perdidos están Sakura-gawa y Hyakuman.

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