En Progreso

INICIO    MÚSICA    DANZA    TEATRO    OKINAWA    AINU    PATRIMONIO    PERSONALIDADES    

Derechos Reservados  © Mauricio Martinez R..

KAGURA
por Yoshinobu INOURA ©


1. Historia

Kagura, cuyo origen está ligado con los ritos shintoistas, llegó a dividirse en varios tipos bajo la influencia del cambio en el concepto sobre las deidades y sobre el geino, un término que se refiere al teatro y artes fragmentarias adicionales tales como canciones, danzas y pantomima.

Kagura, que fue el "arte teatral" representativo del período cuando la vida de la gente se centraba alrededor de los ritos shintoistas, se mantuvo como representativo del teatro japonés incluso hasta el siglo VII y posterior. El mito de la Cueva Celestial ya citado, contiene vestigios del Kagura de la época y muestra lo fundamental del Kagura con una naturaleza altamente chamanística. Los mitos del Augurio del Mar y el Augurio de la Montaña sugieren un origen similar pero tienen que ver más con los hombres que con las deidades y tienen un mayor significado como reproducción del mundo de los mitos. En épocas posteriores se hacen más frecuentes los intentos de intensificar esta tendencia. El Kagura que se originó en la primera mitad del período antiguo vio el desarrollo de tales tipos a medida que fueron combinados con las costumbres y eventos del año y con el desarrollo de la vida y la cultura. A veces, con el estimulo del teatro de origen foráneo, surgieron danzas folclóricas populares (Fuzokumai) relacionadas con deidades, tales como los dioses de Hachiman, Kashima y Sumiyoshi, en las cuales los elementos de pantomima y realismo eran elaborados. A este mismo grupo pertenece la danza Seino que pertenecía a los Amabe, una tribu marítima.

Originado en el siglo IX estaba Mikagura, presentado en ceremonias en la corte imperial. Este era un tipo serio de representación,que se originó en el Kagura que se ofrecía al dios Hachiman y que posteriormente fue adoptado para uso en la corte. En sus primeros días este contenía en una sección subordinada acciones graciosas conocidas como zae no onoko. Al no haber sido todavía formalizado o haber tomado una forma fija, parece haber sido un arte muy animado. Es necesario explicar que zae no onoko eran los músicos y bailarines de Mikagura, aunque el término, encontrado en registros de mediados del período Heian, a veces denota solamente a aquel que se especializó en Sarugaku. Con frecuencia la danza era acompañada por dialogo improvisado.

Paralelo a este Mikagura ejecutado en el palacio imperial existía un Kagura representado entre la gente común llamado Satokagura o "Kagura de aldea", que consistía de imitaciones de tanemaki, o plantación de semillas, y otras actividades agrícolas como un tipo de formula mágica, y la danza Okina, en la cuál el dios aparecía en la figura de un anciano entonando un rezo para la longevidad. La antología de canciones populares Ryojin Hisho, que datan del siglo XII, contiene muchas canciones acerca de santuarios y festivales shintoistas que nos permiten deducir que los Kagura estrechamente conectados con la vida diaria eran muy usados por la gente.

Durante el siglo XIII, que era ya la época del teatro medieval, aumentó la calidad dramática del Kagura y, al tiempo que conservaba elementos tradicionales, fue introducido un nuevo tipo de Kagura a través de la adopción de nuevas técnicas dramáticas y del uso de varias "artes teatrales" novedosas. Uno de estos tipos de Kagura tenía relación con los mitos y las acciones místicas de los espíritus divinos. Especialmente notable fue el sincretismo del sintoísmo y el budismo. De las obras conocidas por el nombre de Kagura que existen hoy en día en varias localidades, la mayoría de las de estilo arcaico datan de este período.

En el siglo XVII y posterior, la influencia de los formas de entretenimiento y de teatro urbanas, y de las coloridas costumbres y eventos que acompañaron a la prosperidad económica, hicieron que la representación de mitos fuera mas dramática y entretenida. Esto dio origen incluso a un tipo cómico de Kagura llamado Daikagura. Esta inclinación hacia el entretenimiento es atribuida a la degeneración del concepto de deidad. Sin embargo en provincias periféricas la gente usualmente desaprobaba la divergencia de las formas tradicionales. En las ciudades el shintoísmo y el budismo volvieron a separarse. Incluso en la actualidad, aparte de Mikagura, se representan en el Santuario de Ise y en otros santuarios varios otros tipos de Kagura mas bien austeros, basados en conceptos misceláneos. Llegará el día cuando la nación japonesa llegue a ser ignorante de los kami (a veces identificados como hotoke o Budas) quienes son ya sea sus ancestros o protectores de sus vidas, o a veces espíritus malignos que existen para ser conquistados? La vida de Kagura parece no estar próxima a desaparecer por ahora.

DSC00233.JPG

Historia