La Música en el Teatro Kabuki
Por William Malm ©
La Música
2. La Música como Indicadora del Clima
Las señales para
el clima en el kabuki son tan fácilmente identificables que nos dan un buen punto
de inicio en nuestro estudio de una tradición musical compleja. Estos provienen de
dos fuentes principales de geza: el tambor ôdaiko y los interludios de shamisén (aikata).
Entre los patrones disponibles en el tambor grande hay varias formas de sonido de
lluvia (ame no oto) y sonidos de nive (yuki no oto) más el sonido del viento (kaze
no oto) y el de una avalancha de nieve (nadare). Las diferencias entre un aguacero
y una llovizna son fácilmente distinguibles en el tambor, aunque el persistente sonido
suave producido por baquetas acolchadas no es tan obvio como los sonidos suaves de
la caída de la nieve. Este último patrón está con frecuencia ligado con un interludio
de shamisén llamado yuki (nieve). Esta pieza, derivada de la tradición kamigata jiuta,
es una de las mejores aikata de kabuki y tiene una gran acogida entre los devotos
del kabuki. Esta se puede escuchar en la escena Ninokuchimaru de Koi Hikyaku Yamato
Orai.
Los patrones que indican el clima aparecen más frecuentemente al comienzo de
una escena, aunque están disponibles para su uso en cualquier momento. Sin embargo,
el sonido justo antes de que se abra la cortina es de gran ayuda para preparar al
público para la escena. Un buen ejemplo de una escena con señales del clima está
en el quinto acto de Kanadehon Chûshingura (Los Cuarenta y Siete Ronin) que abre
con el sonido de la lluvia en el momento en que Kampei corre tras un cerdo salvaje
en medio de la noche lluviosa al tiempo que un ladrón ataca al suegro de Kampei durante
la misma tormenta. La primera escena de este acto termina con el sonido del viento
y la apertura de la próxima escena en la casa de Kampei se inicia con el sonido de
la lluvia en el momento en que las campesinas esperan el regreso de los hombre afuera
en la tormenta. Un uso un poco más abstracto de del sonido de la lluvia puede ser
escuchado antes de que abre la cortina en la pieza Gorô Tokimune. El oki de la pieza
no hace mención de la lluvia y y está lleno de muchos patrones recitativos ozatsuma.
Sin embargo luego de dos minutos de iniciada la pieza, Gorô entra (durante el michiyuki)
cargando una sombrilla y llevando zapatos altos para caminar en la lluvia. De esta
forma la música antes de la apertura de la cortina ha preparado al público para la
aparición del actor.
Las condiciones climáticas también se expresan a través de interludios
y diferentes sonidos naturales usados para identificar a la estación del año. Tales
interludios aparecen más frecuentemente en funciones de danza que en Kabuki. En cualquier
caso tienden a aparecer el comienzo de una escena. Por ejemplo, la pieza Yozakura
(Flor de Cerezo en la Noche) se usa antes de algunas escenas en primavera mientras
que Isamihada Matsuri, sobre un festival, indica que es verano. Kariobana Tsutsumi
no Yushio es música de otoño, y Tsumoru Yuki Noji no Furudera es para invierno. Para
mejorar los interludios de estaciones se pueden adicionar varios sonidos de la naturaleza
como llamadas especiales de pájaros (los patos para el otoño, el cuclillo para primavera)
o el sonido de los insectos. Por ejemplo, un instrumento de percusión de geza se
conoce como el insecto del árbol de pino (matsu mushi). Este consiste de de varias
vasijas pequeñas de madera invertidas apoyadas sobre tres patas, que cuando se golpean
con un martillo producen un sonido de un insecto de verano. El interludio de shamisén
shinobi sanju también imita el sonido de chicharras en una noche de verano y se usa
con frecuencia cuando cuando hay una atmósfera de una oscura noche de verano o cuando
se busca imprimir suspenso o misterio. En las escenas de primavera también se puede
escuchar ocasionalmente el sonido de cuatro campanas pequeñas (orugoru) cuyo tintinear
indica la presencia de mariposas. Tales "sonidos de mariposas" aparecen en escena
con contextos muy diferentes -en Renjishi donde las mariposas son perseguidas por
un león y en Yasuna donde estas revolotean alrededor de una forma patética de un
amante abandonado y desolado. El sonido de las orugoro no se limita al de las mariposas.
Con frecuencia se usa cuando se describen niños en la escena.
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